“SABOR AMARGO”

Espero tu llegada.

En ese punto equidistante
entre cada amanecer,
donde los latidos de mi reloj
suspéndense en las notas
de un Arábigo laúd.

Y tú apareces.

Objeto de mis deseos
en la quietud de la estancia
y en la oquedad de mi existencia.

Tu cuerpo robusto y atezado
me seduce a su antojo,
envuelta en el vaho salvaje
de tu exquisita fragancia,
estimulando mis sentidos
fruto de mi adicción por ti.

Al sentir tu contacto
mis labios humedecidos arden...
En mi paladar se dispersa el placer
y en cada sorbo tuyo,
me fusiono con tu mojada esencia.

-¿Y qué somos tú y yo?-

Contigo me sumerjo
entre líneas ariscas
de mis versos y locuras
y soltando las riendas,
me incitas a gozarte
una y otra vez…

Mi imagen se refleja
en lo que de ti queda
al fondo de una taza.
En la blanca porcelana,
el carmín de mis labios delata
nuestro idílico encuentro.

En mi mente,
tu aroma se disipa lentamente
y me dejas en tu ausencia
el sabor amargo del café...

En el tictac de un reloj desmemoriado,
ansiosa aguardo tu retorno.

© Elena Vargas