“EN LA CUNA DEL POETA”
Santiago de Chuco, Perú

Maestro,
hoy estoy en el poyo de tu casa,
donde puedo sentir
la presencia de tus versos
cincelados sin aspavientos
en sus entrañas.

Tu nombre resuena
en cada rincón,
y es un eco universal
fiel a tu palabra;
desde la modesta lejanía
de tu pueblito pintoresco
- estacionado en el tiempo -
hasta el borde del reloj
de mi existencia.

Atravieso el zaguán
en el silencio pétreo de tu patio,
y al posar la mirada
en las ajadas paredes
envejecidas por tu ausencia,
una lágrima resbala lenta
surcando las colinas serranas
de mis mejillas heladas.

Intento reproducir tu imagen
al lado de tu hermano Miguel
corriendo y desbordando ríos de alegría,
cómplice niño en un mundo
de juegos y travesuras.

En el corredor de mis retinas
la imaginación fluye nostálgica,
en las hojas livianas de otoño
y en tus versos manuscritos
con la tinta de mi memoria.

Te escondiste
una tarde de abril febril.
Y en vez de ocultarte
te transformaste en ardiente zarza
iluminando nuestro cielo andino.

Ahora tus hermanos de pluma
ya no estamos desamparados:
tu legado ha cultivado nuestras almas.
Te veremos emergiendo humilde
entre el gélido vapor de tu llegada
con el lirismo del invierno parisiense,
sin vestigios en tu rostro
de la melancólica soledad
de ajenas tierras.

Te esperamos sin llanto
en el maullar ausente de un gato,
o en las desempedradas rúas
de tu querido Santiago,
en el brillo espectral
de una luna de acero,
en una noche fría sin aguacero...

Maestro,
te espero en el poyo de tu casa.

© Elena Vargas