ECOS DE MI ABUELO
Su ejemplo me acompañará siempre…
“ECOS DE MI ABUELO”
Abuelo mío:
Pareciera ayer...
cuando sentada a la sombra
de un algarrobo viejo
en un atardecer cualquiera,
puedo ver tu imagen a lo lejos,
en los vastos arrozales.
Mientras el manto cholo del sol
te cubría con su sagrado brillo,
con habilidad del guerrero
el suelo araste,
- desde el cantar del gallo
hasta el cric-cric del grillo -
los senderos de tu vida marcaste.
La Tierra Madre te atrajo
forjando tus grandes dotes,
de pasión y entereza al trabajo.
De rauda y magra figura,
sombrero de paja -toquilla pura-
cubrieron tus cabellos de fino algodón
que a temprana edad
se destiñeron sin perdón.
Veo tu rostro,
tez rosada y tostada
de líneas delicadas;
tu mirada retadora escudriña
mientras sonrisa dulce traviesa,
atraviesa tus ceñidos labios.
Ahuesadas manos de largas falanges
aseguran firme los nobles tirantes
de tus flojos y polvorientos trajes.
Al baúl de dormidas añoranzas
me llevó la brisa
abriendo mis recuerdos sin prisa
Te ví, despertando olores
de alfalfa y estiércol,
de pajilla seca y amarilla.
Miré el sudor de los peones,
en los surcos de sus caras morenas,
sofocados por el calor
de largas horas de faena,
árduas horas de siega
y en mano azadón y hoz,
cargando cestas y costales
repletos de maíz y arroz.
Una mujer de suntuosas nalgas
se asoma a pié con destreza,
con un cántaro de chicha
equilibrando en la cabeza
para calmar la sed de la gente.
Abuelo mío,
aquellas imágenes vividas dilataron mis pupilas,
aquellos olores se impregnaron en mi olfato,
aquellos sonidos canturrearon en mis oídos,
aquellos atardeceres no pasaron desapercibidos;
vistieron con arco iris mis primaverales días
y tu voz en un eco tintineante se propaga aún
a los cuatro cuadrantes de mi vida.
Por los campos de "Santa Inés"
alba paloma vuela
y en el viejo algarrobo del recuerdo posa...
Pienso que es el alma de mi abuelo.
© Elena Vargas